Última actualización: 24 de Marzo de 2019
Incompatible
No disponemos de alternativas para Cladribina.
Las recomendaciones de e-lactancia las realiza el equipo de profesionales de la salud de APILAM y están basadas en publicaciones científicas recientes. Estas recomendaciones no pretenden reemplazar la relación con su médico, sino complementarla. La industria farmacéutica contraindica la lactancia, de forma equivocada y sin razones científicas, en la mayor parte de prospectos y fichas de medicamentos.
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Cladribina en otros idiomas o escrituras:
Cladribina pertenece a la siguiente familia o grupo:
Principales marcas comerciales de diversos países que contienen Cladribina en su composición:
Variable | Valor | Unidad |
---|---|---|
Biodisp. oral | 40 | % |
Peso Molecular | 286 | daltons |
Unión proteínas | 20 | % |
Vd | 9 | l/Kg |
pKa | 13,9 | - |
Tmax | 0,5 - 3 | horas |
T½ | 5,4 - 21 | horas |
Escríbenos a elactancia.org@gmail.com
e-lactancia es un recurso recomendado por Academy of Breastfeeding Medicine - 2021 de Estados Unidos
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Es una análogo del nucleósido purina que inhibe la síntesis y reparación del ADN.
Es usado como antineoplásico en el tratamiento de ciertos tipos de leucemias y en la Esclerosis Múltiple.
Se administra vía parenteral diariamente durante 7 días, vía subcutánea diariamente durante 5 días en ciclos cada 28 días.
En el tratamiento de la Esclerosis Múltiple se administra por vía oral cada 24 horas durante 5 días la primera semana del mes durante dos meses. Se repite el tratamiento al cabo de un año.
A fecha de última actualización no encontramos datos publicados sobre su excreción en leche materna.
Sus datos farmacocinéticos (bajo peso molecular, baja fijación a proteínas) hacen probable el paso a leche en cantidad que podría ser significativa.
Se sabe por Farmacocinética que pasadas 3 semividas de eliminación (T½) se elimina del organismo el 87,5% del fármaco; tras 4 T½ el 94%, tras 5 T½ el 96,9%, tras 6 T½ el 98.4% y tras 7 T½ el 99%. A partir de 7 T½ las concentraciones plasmáticas de fármaco en el organismo son despreciables. En general, un período de al menos cinco vidas medias puede considerarse un período de espera seguro para volver a amamantar (Anderson 2016).
Hay una considerable variabilidad en la semivida de eliminación publicada de este fármaco (Janssen 2018): desde 5,4 horas (Janssen 2018), pasando por 6,7 horas (Liliemark 1991),10 horas (Juliusson 2006), 16 horas (Janssen 2018 y Lindemalm 2005) hasta 21 horas (Albertini 1998), influyendo posiblemente el estado de la función renal del paciente (Janssen 2018).
Tomando como referencia el T½ publicado más largo de todos los metabolitos activos (21 horas) estos 5 T½ corresponderían a 4 días y medio. Debido a los importantes afectos adversos, sería recomendable esperar 7 T½ que corresponderían a 6 días. Mientras, extraer y desechar la leche del pecho regularmente.
Si la función renal es normal, algunos autores recomiendan esperar 48 horas tras la última dosis para reiniciar la lactancia (Almas 2016).
Cuando sea posible hacerlo, las detecciones en leche de cada paciente para determinar la eliminación total del fármaco serían el mejor indicador para reanudar la lactancia entre dos ciclos de quimioterapia.
Otros autores sugieren la posibilidad de aplazar el tratamiento hasta que dejar la lactancia, en los casos que el curso de la enfermedad sea lento. (Alothman 1994).
Durante el tratamiento del cáncer hay que interrumpir la lactancia temporalmente debido a los efectos secundarios potencialmente graves para el lactante. La quimioterapia no afecta la producción de leche ni durante el tratamiento ni posteriormente.
Un destete abrupto puede ser psicológicamente traumático tanto para la madre como para el lactante (Pistilli 2013). Si la madre lo desea, la producción de leche puede mantenerse mediante extracción regular del pecho, pudiendo recuperar la lactancia en los periodos en que en la leche no quedan trazas significativas del fármaco (Anderson 2016) o al finalizar el tratamiento (Pistilli 2013).
Algunos quimioterápicos con efecto antibiótico pueden alterar la composición de la microbiota (conjunto de bacterias o flora bacteriana) de la leche y la concentración de alguno de sus componentes (Urbaniak 2014). Posiblemente esto ocurre de forma transitoria con recuperación posterior, sin que por ello se supongan ni se hayan publicado efectos perjudiciales en lactantes amamantados.
Las mujeres en tratamiento quimioterápico durante el embarazo tienen menores tasas de lactancia por experimentar dificultades para amamantar (Stopenski 2017), necesitando más apoyo para conseguirlo.
Dada la fuerte evidencia que existe sobre los beneficios de la lactancia materna para el desarrollo de los bebés y la salud de las madres, conviene evaluar el riesgo-beneficio de cualquier tratamiento materno, incluida la quimioterapia, asesorando individualmente a cada madre que desee seguir con la lactancia (Koren 2013).