Última actualización: 6 de Septiembre de 2022
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No se muestran alternativas porque Acetato de d-alfa-tocoferilo. Succinato ácido de d-alfa-tocoferilo tiene un nivel de riesgo muy bajo.
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Hay varias substancia, naturales o sintéticas, que forman el complejo Vitamina E. El componente más importante son los tocoferoles, siendo el α-tocopherol el más activo y ampliamente distribuido en la naturaleza. Son también naturales el beta, gamma y delta tocoferol. Los tocotrienoles también son vitamina E. Los alfatocoferoles naturales son isómeros d. La forma dl, menos activa, es sintética.
Las necesidades diarias de vitamina E para la madre lactante son 12 a 19 mg (28 UI) diarios; las del lactante en el primer año de vida, 4 a 5 mg (6 a 8 UI). (NIH 2016, Ares 2015, Hall 2010)
No se precisan suplementos si la dieta y el estado nutricional son adecuados. La administración de suplementos no aumenta los niveles en leche de mujeres bien nutridas, pero sí en las de bajo estatus nutricional.
Las concentración de vitamina E (α-tocopherol) es máxima en el calostro (6,5 a 15 mg/L) (Xue 2017, Melo 2017) y desciende a la mitad-un tercio en la leche de transición y a un tercio-un quinto en la madura (Xue 2017, Silva 2017, Jiang 2016, Lima 2014). La gran concentración de α-tocopherol en el calostro hace que los recién nacidos amamantados alcancen los niveles plasmáticos de vitamina E del adulto (inicialmente un tercio de los mismos) en 4 a 6 días. (Ostrea 1986)
La leche de la primera semana de madres de prematuros y de niños mayores de 4 kg al nacer tiene un mayor contenido en α-tocopherol (Grilo 2013, Gross 1985). El alfa tocoferol puede estar levemente disminuido en la leche madura tras embarazos de alto riesgo (Sámano 2017). Prematuros alimentados con leche materna de prematuro tuvieron mayor nivel plasmático de vitamina E que los alimentados con leche madura y ambos grupos mayor nivel que los alimentados con fórmula artificial. (Gross 1985)
La leche materna contiene mayor contración de vitamina E que la de vaca. En el primer año de vida los lactantes amamantados tuvieron mejores niveles de vitamina E plasmáticos que lo no amamantados. (Martínez 1984)
La suplementación materna de vitamina E aumenta la concentración de la misma en el calostro y leche de transición (Keikha 2021, Melo 2017, Pires 2016, Clemente 2015), pero no en leche madura (Pires 2016) y no se ha encontrado relación entre la dieta y la concentración de α-tocopherol en leche materna. (Jiang 2016), aunque los niveles más altos de vitamina E en leche materna se relacionaron con una mayor ingesta de ácidos grasos poliinsaturados. (da Mata 2020)
La deficiencia materna de vitamina E no se relaciona con los niveles en leche materna (da Silva 2016). El aporte de vitaminas del complejo B y vitaminas C y E a madres VIH+ mejora el crecimiento ponderal de sus lactantes. (Villamor 2005)
La aplicación tópica de vitamina E en los pezónes de madres lactantes durante 6 días ocasionó un aumento significativo de los niveles plasmáticos de vitamina E en los lactantes, que no presentaron efectos adversos. (Marx 1985)