Última actualización: 12 de Julio de 2016
Compatibilidad probable
Las recomendaciones de e-lactancia las realiza el equipo de profesionales de la salud de APILAM y están basadas en publicaciones científicas recientes. Estas recomendaciones no pretenden reemplazar la relación con su médico, sino complementarla. La industria farmacéutica contraindica la lactancia, de forma equivocada y sin razones científicas, en la mayor parte de prospectos y fichas de medicamentos.
Tu aportación es fundamental para que este servicio siga existiendo. Necesitamos la generosidad de personas como tú que creen en las bondades de la lactancia materna.
Gracias por ayudar a seguir salvando lactancias.
Empaste dental también se conoce como
Empaste dental pertenece a la siguiente familia o grupo:
Escríbenos a elactancia.org@gmail.com
e-lactancia es un recurso recomendado por Academy of Breastfeeding Medicine - 2015 de Estados Unidos
¿Quieres recomendar el uso de e-lactancia? Escríbenos al correo corporativo de APILAM
Los materiales que se emplean más frecuentemente para restauración dental directa son la amalgama, la resina compuesta (plástico y vidrio), el cemento de vidrio ionomérico (vidrio + ácido orgánico) y el cemento de resina ionomérica (resina + vidrio + ácido orgánico).
Para restauración dental indirecta (incrustaciones, coronas, puentes y armazones) se utilizan la porcelana cerámica, la porcelana fundida a metal, las aleaciones de oro y cobre y las aleaciones de níquel, cobalto y cromo.
Las resinas son biocompatibles y seguras. Los cementos de vidrio así como otros materiales dentales (porcelanas, aleaciones de oro, níquel, cobalto y cromo) son atóxicos y seguros.
Las amalgamas contienen mercurio (Hg), plata, estaño y cobre. Vapores de Hg se desprenden continuamente de los empastes, en especial al masticar (sobre todo chicles) y beber líquidos muy calientes, aumentando las concentraciones de Hg en plasma y en leche de madres lactantes.
Hay controversia sobre la cantidad de mercurio de las amalgamas que pasa a sangre y leche materna (Roberts 2009).
Para unos autores sería excesiva y la ingestión diaria de Hg sería superior a la recomendada por FAO/OMS (Norouzi 2012, da Costa 2005).
Para otros autores sería muy pequeña, mucho menor que la que pasa por comer pescado y muy inferior al paso por placenta durante el embarazo, de tal manera que los niveles de Hg encontrados en sangre de cordón bajan progresivamente en lactantes, amamantados o no, en las primeras semanas (Drexler 1998, Drasch 1998).
Tener empastes dentales de amalgama no contraindica la lactancia (Drasch 1998).
No es conveniente poner o quitar empastes de amalgama durante el embarazo y la lactancia o, si es preciso, hacerlo con precauciones adecuadas, pues se liberan vapores de mercurio que se inhalan (FDA 2015, Ekstrand 1998) y pasan a sangre y leche.
La exposición crónica y excesiva al Hg tiene efectos adversos sobre la salud, pero existe mucha controversia sobre los efectos de exposiciones ínfimas como las de los empastes de amalgama. En algunos estados del norte de Europa y de USA es obligatorio el consentimiento informado sobre el material del empaste dental a utilizar (Edlich 2007).
Pese al alarmismo de algunos no hay fundamentos científicos para atribuir ninguna enfermedad a dichos empastes (Mitchell 2005, Brownawell 2005, Ekstrand 1998), pero es objetivo de la OMS el disminuir y eliminar toda exposición al mercurio a nivel mundial.
Las amalgamas dentales entran dentro de dicha política de eliminación progresiva: aunque un empaste de amalgama que no da problemas hay que dejarlo, para el siguiente empaste hay que valorar si mejor ponerlo de resina o cemento.
Los beneficios de la lactancia materna tienen más peso que el riesgo derivado de bajos niveles de contaminantes ambientales en leche humana, en muchos casos inferiores a los de leche de vaca u otros alimentos (OMS).