Última actualización: 2 de Mayo de 2019
Incompatible
No disponemos de alternativas para Gemcitabina hidrocloruro.
Las recomendaciones de e-lactancia las realiza el equipo de profesionales de la salud de APILAM y están basadas en publicaciones científicas recientes. Estas recomendaciones no pretenden reemplazar la relación con su médico, sino complementarla. La industria farmacéutica contraindica la lactancia, de forma equivocada y sin razones científicas, en la mayor parte de prospectos y fichas de medicamentos.
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Gemcitabina hidrocloruro en otros idiomas o escrituras:
Gemcitabina hidrocloruro pertenece a la siguiente familia o grupo:
Principales marcas comerciales de diversos países que contienen Gemcitabina hidrocloruro en su composición:
Variable | Valor | Unidad |
---|---|---|
Biodisp. oral | 10 (5 - 17) | % |
Peso Molecular | 300 | daltons |
Unión proteínas | < 10 | % |
Vd | 0,9 - 9,1 | l/Kg |
pKa | 3,6 | - |
Tmax | 0,5 | horas |
T½ | 5 - 12 (metab.CTP: 19,4) | horas |
Escríbenos a elactancia.org@gmail.com
e-lactancia es un recurso recomendado por Academy of Breastfeeding Medicine - 2015 de Estados Unidos
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Es un análogo de la Citarabina, a su vez análogo del nucleósido Pirimidina con propiedades antineoplásicas, al inhibir la síntesis de ADN e inducir apoptosis. Se metaboliza en varios metabolitos, dos de ellos activos: difosfato (CDP) y trifosfato (CTP).
Se utiliza en el tratamiento del cáncer de páncreas, pulmón, mama o vejiga, por vía intravenosa en diversas pautas según la localización del tumor, pero espaciadas como mínimo 7 días.
A fecha de última actualización no encontramos datos publicados sobre su excreción en leche materna.
Sus datos farmacocinéticos, -bajo peso molecular, baja fijación a proteínas (Johnson 2000)-, hacen probable el paso a leche en cantidad que podría ser significativa.
Se sabe por Farmacocinética que pasadas 3 semividas de eliminación (T½) se elimina del organismo el 87,5% del fármaco; tras 4 T½ el 94%, tras 5 T½ el 96,9%, tras 6 T½ el 98.4% y tras 7 T½ el 99%. A partir de 7 T½ las concentraciones plasmáticas de fármaco en el organismo son despreciables. En general, un período de al menos cinco vidas medias puede considerarse un período de espera seguro para volver a amamantar (Anderson 2016).
Tomando como referencia el T½ publicado más largo de todos los metabolitos activos (12 horas), estos 5 T½ corresponderían a 2,5 días. Debido a los importantes afectos adversos, sería recomendable esperar 7 T½ que corresponderían a 3,5 días. Mientras, extraer y desechar la leche del pecho regularmente.
Cuando sea posible hacerlo, las detecciones en leche de cada paciente para determinar la eliminación total del fármaco serían el mejor indicador para reanudar la lactancia entre dos ciclos de quimioterapia.
Su muy baja biodisponibilidad oral (Veltkamp 2008) dificulta el paso a plasma del lactante a partir de la leche materna ingerida, salvo en prematuros y periodo neonatal inmediato en los que puede haber mayor permeabilidad intestinal.
Durante el tratamiento del cáncer hay que interrumpir la lactancia debido a los efectos secundarios potencialmente graves para el lactante. La quimioterapia no afecta la producción de leche ni durante el tratamiento ni posteriormente. Un destete abrupto puede ser psicológicamente traumático tanto para la madre como para el lactante (Pistilli 2013). Si la madre lo desea, la producción de leche puede mantenerse mediante extracción regular del pecho, pudiendo recuperar la lactancia en los periodos en que en la leche no quedan trazas significativas del fármaco (Anderson 2016) o al finalizar el tratamiento (Pistilli 2013).
Algunos quimioterápicos con efecto antibiótico pueden alterar la composición de la microbiota (conjunto de bacterias o flora bacteriana) de la leche y la concentración de alguno de sus componentes (Urbaniak 2014). Posiblemente esto ocurre de forma transitoria con recuperación posterior, sin que por ello se supongan ni se hayan publicado efectos perjudiciales en lactantes amamantados.
Las mujeres en tratamiento quimioterápico durante el embarazo tienen menores tasas de lactancia por experimentar dificultades para amamantar (Stopenski 2017), necesitando más apoyo para conseguirlo.
Dada la fuerza de la evidencia que existe sobre los beneficios de la lactancia materna para el desarrollo de los bebés y la salud de las madres, conviene evaluar el riesgo-beneficio de cualquier tratamiento materno, incluida la quimioterapia, asesorando individualmente a cada madre que desee seguir con la lactancia (Koren 2013).