Última actualización: 16 de Mayo de 2019
Compatibilidad limitada
No disponemos de alternativas para Κυταραβίνη.
Las recomendaciones de e-lactancia las realiza el equipo de profesionales de la salud de APILAM y están basadas en publicaciones científicas recientes. Estas recomendaciones no pretenden reemplazar la relación con su médico, sino complementarla. La industria farmacéutica contraindica la lactancia, de forma equivocada y sin razones científicas, en la mayor parte de prospectos y fichas de medicamentos.
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Κυταραβίνη es Citarabina en Griego.
Así se escribe en otros idiomas:Κυταραβίνη también se conoce como
Κυταραβίνη pertenece a la siguiente familia o grupo:
Principales marcas comerciales de diversos países que contienen Κυταραβίνη en su composición:
Variable | Valor | Unidad |
---|---|---|
Biodisp. oral | < 20 | % |
Peso Molecular | 243 | daltons |
Unión proteínas | 13 | % |
Vd | 0,6 | l/Kg |
pKa | 12,55 | - |
Tmax | 1 | horas |
T½ | 3,5 (liposomal: 263) | horas |
Escríbenos a elactancia.org@gmail.com
e-lactancia es un recurso recomendado por Academy of Breastfeeding Medicine - 2015 de Estados Unidos
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La Citarabina es un análogo del nucleósido Pirimidina con propiedades antineoplásicas, antivirales y inmunosupresoras al inhibir la síntesis de ADN.
Es usado en el tratamiento de leucemias y linfomas por vía intravenosa, intratecal o subcutánea en pautas muy variadas según el tipo de tratamiento y la respuesta del paciente.
A fecha de última actualización no encontramos datos publicados sobre su excreción en leche materna.
Sus datos farmacocinéticos (bajo peso molecular, baja fijación a proteínas y elevada pKa) hacen probable el paso a leche, aunque su rápida eliminación facilita que sea en muy bajas concentraciones y durante un período de tiempo corto.
Se sabe por Farmacocinética que pasadas 3 semividas de eliminación (T½) se elimina del organismo el 87,5% del fármaco; tras 4 T½ el 94%, tras 5 T½ el 96,9%, tras 6 T½ el 98.4% y tras 7 T½ el 99%. A partir de 7 T½ las concentraciones plasmáticas de fármaco en el organismo son despreciables. En general, un período de al menos cinco vidas medias puede considerarse un período de espera seguro para volver a amamantar (Anderson 2016).
Tomando como referencia el T½ publicado más largo de todos los metabolitos activos estos 5 T½ corresponderían a 15 horas. Debido a los importantes afectos adversos, sería recomendable esperar 7 T½ que corresponderían a 21 horas. Mientras, extraer y desechar la leche del pecho regularmente.
La FORMA LIPOSOMAL de citarabina o citarabina DEPOT se utiliza en inyección intratecal en las meningitis linfomatosas. Aunque esta forma liposomal tiene un largo período de eliminación (4 a 11 días), pasa lentamente del LCR a plasma, degradándose rápidamente en un metabolito inactivo, por lo que la exposición sistémica es despreciable (EMA 2011) y el paso a leche materna en cantidades significativas muy improbable.
El medicamento no es eficaz cuando se administra por vía oral (AEMPS 2017). Su baja biodisponibilidad oral dificulta el paso a plasma del lactante a partir de la leche materna ingerida, salvo en prematuros y periodo neonatal inmediato en los que puede haber mayor permeabilidad intestinal.
Cuando sea posible hacerlo, las detecciones en leche de cada paciente para determinar la eliminación total del fármaco serían el mejor indicador para reanudar la lactancia entre dos ciclos de quimioterapia.
Durante el tratamiento del cáncer hay que interrumpir la lactancia temporalmente debido a los efectos secundarios potencialmente graves para el lactante. La quimioterapia no afecta la producción de leche ni durante el tratamiento ni posteriormente.
Un destete abrupto puede ser psicológicamente traumático tanto para la madre como para el lactante (Pistilli 2013). Si la madre lo desea, la producción de leche puede mantenerse mediante extracción regular del pecho, pudiendo recuperar la lactancia en los periodos en que en la leche no quedan trazas significativas del fármaco (Anderson 2016) o al finalizar el tratamiento (Pistilli 2013).
Algunos quimioterápicos con efecto antibiótico pueden alterar la composición de la microbiota (conjunto de bacterias o flora bacteriana) de la leche y la concentración de alguno de sus componentes (Urbaniak 2014). Posiblemente esto ocurre de forma transitoria con recuperación posterior, sin que por ello se supongan ni se hayan publicado efectos perjudiciales en lactantes amamantados.
Las mujeres en tratamiento quimioterápico durante el embarazo tienen menores tasas de lactancia por experimentar dificultades para amamantar (Stopenski 2017), necesitando más apoyo para conseguirlo.
Dada la fuerte evidencia que existe sobre los beneficios de la lactancia materna para el desarrollo de los bebés y la salud de las madres, conviene evaluar el riesgo-beneficio de cualquier tratamiento materno, incluida la quimioterapia, asesorando individualmente a cada madre que desee seguir con la lactancia (Koren 2013).