Última actualización: 26 de Diciembre de 2020
Compatibilidad probable
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La cirugia de reducción mamaria conservando el pedículo es la que más garantías tiene de preservar en gran parte la inervación y por tanto la sensiblidad del pezón, así como la integridad de los conductos galactóforos (Kraut 2017). Aún así hay hasta 5 veces más riesgo de lactancia insuficiente entre las mujeres sometidas a este tipo de cirugía, hasta 2/3 de mujeres refieren sensibilidad disminuida en pezón y dificultades para la lactancia, y la duración media de lactancia materna exclusiva fue de 5 días frente a 3 meses en mujeres sin cirugía: 2 meses frente a 6 meses para la lactancia mixta (Nguyen 2013, Molivere 2013, Andrade 2010).
A fecha de última revisión no hemos encontrado estudios que encuentren diferencias significativas entre las múltiples técnicas de conservación del pedículo para ofrecer mejores resultados funcionales en cuanto a la lactancia: pedículo superior, pedículo inferior o bipediculada, con diversas orientaciones de la cicatriz (Bilgen 2019, Ren 2014, See 2014, Sinno 2013, Huang 2012, Letertre 2009, Copcu 2009, Chiummariello 2008, Cruz 2007, Cherchel 2007).
La técnica de injerto libre del pezón-areola dificulta en gran manera la posibilidad de lactancia materna exclusiva, al haber cortado inervación y conductos glandulares. Se ha observado que, con el paso de los años, puede haber reinervaciones y recanalizaciones parciales, por lo que no hay que desaconsejar de entrada la lactancia materna, aunque difícilmente podrá ser exclusiva al haberse perdido mucha sensibilidad del pezón que asegure el funcionamiento del reflejo neuro-endocrino de producción de leche. La salida normal de calostro al final del embarazo y la obtención por expresión de leche no aseguran una buena lactancia al no depender de este reflejo neuroendocrino (indican sólo la posible recanalización de conductos).
La técncia de liposucción tiene menos repercusiones para la lactancia, pero está limitada a escasas situaciones.
Una complicación rara de la mamoplastia de aumento es la galactorrea, que suele ser transitoria y tratable (Mestak 2014, Arnon 2006, Inguenault 2005).
Los resultados de varios trabajos publicado por cirujanos plástico no encuentran dificultades para la lactancia y atribuyen parte del fracaso de lactancia en mujeres con reducción mamaria a recomendaciones pesimistas de los trabajadores de salud que las atienden
El cirujano plástico debe informar adecuadamente a las mujeres que deseen amamantar tras una reducción mamaria (Tran 2014)