Μόλυβδος

El plomo es un contaminante ambiental. Es un metal pesado que se encuentra en exceso en gasolinas con plomo, pinturas anteriores a 1980, centros metalúrgicos, fabricación de baterías y radiadores, humo del tabaco ^{(OMS 2012)}, campos de tiro ^{(Laidlaw 2017, Gelbert 2009)}, esmalte de ceramica, vidrieras y vidrios coloreados. Algunos cosméticos (kohl o surma hecho con galena), hierbas para infusiones, carne de caza y cerámicas para cocinar pueden aumentar la exposición a dicho metal. La principales fuentes de exposición al plomo son la ocupacional y los trabajos de renovación del hogar. ^{(Fletcher 1999)} 

No cumple ninguna función útil en el cuerpo y tiende a acumularse en las estructuras óseas del cuerpo. Se acumula en sangre y tejidos blandos durante un mes y en huesos durante décadas. Es removido del hueso en periodos como el embarazo y la lactancia aumentando su concentración en sangre años después de la exposición. Tiene toxicidad cardiovascular, respiratoria y, sobre todo y más en niños, daño neurológico. La absorción por vía respiratoria es del 50% y por vía digestiva no llega al 10%.

Aunque se reconoce que el nivel máximo ideal de plomo sería 0, los niveles aceptables son: 50 ^{(CDC 2016)} - 150 ^{(INSHT 2024)} microgramos (µg)/m³ de VLA-Ed (Valor límite ambiental de exposicion diaria), 10 µg/L de agua y 5 µg/L de leche materna. ^{(WHO 1989)}

En sangre de personas no expuestas no debe haber mas de 3,5 µg/dL ^{(CDC 2024)}. Por encima de 5 µg/dL en plasma se recomienda hacer una evaluación ambiental ^{(AAP 2021)}. Las trabajadoras expuestas en edad fértil con cifras de plomo sanguíneo mayores a 30 µg/dL deben ser apartadas de la exposición. Las trabajadoras embarazadas o en periodo de lactancia deben ser apartadas de la exposición a plomo. ^{(Comisión europea 1992)}

A nivel de riesgo laboral para la madre lactante ^{(INSHT 2024, Reglamento CE 2008)}, en la ficha de seguridad del plomo aparece la frase de peligro  H373 (ant. R33): «Puede provocar daños en los órganos tras exposiciones prolongadas o repetidas», por lo que se debería apartar a la madre lactante de su puesto de trabajo. Según la normativa europea vigente ^{(Reglamento CE 2008)} cuando un producto es carcinógeno y/o mutágeno, las madres lactantes trabajadoras no deben estar expuestas a mezclas, sean de sólidos, líquidos o gases, con límites de concentración superiores a 0,3%.

No se debe amamantar si madre contaminada o intoxicada o con nivel de plomo en sagre mayor de 40 µg/dL ^{(Mother 2022, Schreck 2016, ACOG 2012-2016, Lawrence 2013)} y tampoco si debe recibir tratamiento con un quelante (movilización de plomo del hueso).

A todos los bebés nacidos de madres con niveles de plomo en sangre mayores o iguales a 5 mcg/dl se les debe realizar una medición de los niveles de plomo en sangre al nacer. ^{(Schreck 2016)}

Los bebés con un nivel de plomo en la sangre menor de 10 µg/dL pueden continuar con la lactancia. ^{(AAP 2021)}

En trabajos publicados, los niveles de plomo en fórmulas artificiales eran superiores a los niveles en leche materna ^{(Walker 1980)}. Fórmulas comerciales infantiles procedentes de China contenían una media de entre 1,6 y 2,5 μg/kg de plomo con un rango de 0,4 a 5,75. ^{(Su 2020)}