Última actualización: 14 de Noviembre de 2023
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Las vacunas neumocócicas se utilizan para la inmunización activa contra la infección por Streptococcus pneumoniae. La vacuna está formada por los antígenos polisacáridos capsulares de los serotipos que causan la enfermedad con más frecuencia. Administración intramuscular.
Tras la vacunación durante el embarazo o el posparto inmediato, se detectaron antígenos IgA e IgG contra S. pneumoniae en la leche materna, con buenos niveles durante alrededor de 6 meses tras al nacimiento (Martinovich 2022, Obaro 2004, Lehmann 2003, Finn 2002, Shahid 1995), así como concentraciones significativamente más altas de anticuerpos neumocócicos en los bebés al nacer y meses después. (Munoz 2001, Shahid 1995)
El calostro de madres vacunadas provoca una fuerte inhibición de la adherencia de los neumococos a las células epiteliales faríngeas. (Deubzer 2004)
La lactancia materna exclusiva durante al menos 3 meses causa una mejor protección serológica contra Hib y los serotipos neumocócicos 6B y 14 después de la vacunación, en comparación con los niños menos amamantados. (Silfverdal 2007)
Diversas sociedades médicas y autores expertos consideran seguro el uso de esta vacuna durante la lactancia. (CDC 2023 y 2011, Red Book 2021-2024 p108-9, CAV-AEP 2019, Lawrence 2016 p402, Taylor 2003, Briggs 2015, Sachs 2013, Raney 2012, Chen 2010, WHO 2002)
VACUNAS Y LACTANCIA:
(RedBook 2021-2024, CDC 2023, 2011 y 2000, Taylor 2019, Lawrence 2016 p402, Sachs 2013, Munoz 2013, Raney 2012, Perin 2012, Gall 2012, Chen 2010, Pisacane 2010, Schmidt 2004, López 2002, Pickering 1998, Pabst 1997, Hahn 1990)
Las vacunas son compatibles con la lactancia, tanto las que son microorganismos vivos atenuados, como muertos, inactivados o formadas por partes o toxoides de los mismos o generados por teconología recombinante.
No pasan a la leche, salvo la de la rubeola, que no suele infectar al lactante o hacerlo de forma leve, y no ocasionan problemas en los lactantes, salvo la de la fiebre amarilla en menores de 6 meses.
La lactancia materna puede mejorar la respuesta de anticuerpos de las vacunas y provocar menos efectos secundarios como fiebre o anorexia.
El postparto inmediato es el mejor momento para vacunar contra sarampión-rubeola-paperas y varicela en mujeres que no estuviesen inmunizadas.
Las mujeres que amamantan pueden y deben ser protegidas con las vacunas recomendadas como los demás adultos.
Los lactantes amamantados deben ser inmunizados según el calendario vacunal conrrespondiente.